El pasado 13 de mayo (sábado) la AECT (Asociación Europea de Cazas Tradicionales) celebró cerca de Perugia su reunión anual realizando diferentes ponencias sobre las cazas tradicionales y estado de conservación de las aves (túrdidos especialmente).
Una de las ponencias presentadas fue preparada por Juan Bautista Torregrosa y Juan Theureau, la cual versó sobre el potencial de la ciencia ciudadana recurriendo a personas con una doble condición: cazadores y naturalistas. Se puso como ejemplos los trabajos (de captura y suelta con voluntarios formados) realizados tanto de seguimiento de fringílidos con FOCSE, como los trabajos de seguimiento de tordos con APAVAL. A la vez se aludió a las dificultades de investigación, ya que tales estudios se están llevando a cabo a golpe de sentencia contra estamentos públicos muy ideologizados o sometidos a la presión «ecologista». Se mencionó que tal presión desvirtúa los principios en materia de conservación establecidos en la Directiva de Aves. Tales principios incluyen tanto la obligación de considerar aspectos recreativos y culturales armonizables con los intereses de conservación de las especies, como la obligación de fomentar esta clase de estudios.

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